MURALISMO EN MÉXICO
"sueño de una tarde dominical en la Alameda"
Diego Rivera
Diego Rivera se pintó a él mismo, de niño, en este mural. Así recordaba sus domingos de paseo en una ciudad que comenzaba a crecer y cambiar. Pinto escenas de la historia de México, pintó personajes que ya no existían, pintó con muchos colores y no dejo casi nada sin pintura, no olvido ni el más mínimo detalle en las figuras, objetos, atuendos, gestos y actitudes de sus personajes.
Este mural es como una gran película que habla de la historia de la ciudad y también de los dulces y los juguetes, de todo lo que puedes hacer y contemplar un domingo en la Alameda.
A Rivera le agradaba la idea de que toda la gente pudiera ver sus pinturas y le gustaba lograr que todas las personas entendieran lo que él contaba en esos murales. Retrato a sus amigos, a sus hijas. Para Rivera todos – la gente muy rica o los menos ricos- tenían un lugar en el arte, en la historia de la ciudad y del país.
Este mural es como una gran película que habla de la historia de la ciudad y también de los dulces y los juguetes, de todo lo que puedes hacer y contemplar un domingo en la Alameda.
A Rivera le agradaba la idea de que toda la gente pudiera ver sus pinturas y le gustaba lograr que todas las personas entendieran lo que él contaba en esos murales. Retrato a sus amigos, a sus hijas. Para Rivera todos – la gente muy rica o los menos ricos- tenían un lugar en el arte, en la historia de la ciudad y del país.
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